Reconoce tus propios límites

La humildad se trata de pensar menos en ti y no menos de ti. Las personas pueden ser humildes, aunque sean millonarios o tengan cargos de mucha influencia y liderazgo. En este sentido, esta cualidad de carácter tiene más que ver con el ser que con el tener, recuerda que el valor de las personas no depende de sus propiedades, ni tu valor tampoco.

      Una manera de practicar la humildad es reconocer que tu verdad no es la única que importa y esto es porque todos los demás también tienen su verdad y reconocerlo es una gran muestra de humildad, así que​​ intenta ser una persona accesible y disponible para dedicar su tiempo a otros, elige algún voluntariado esto te dará grandes lecciones de humildad. Reconoce tus propios límites, NO olvides que no eres omnipotente. A veces, como ser humano, te agotas cuando no escuchas las señales de tu propio cuerpo, así que tienes que establecer un orden de prioridades, porque no puedes llegar a todo en un solo día. Recuerda que tus fortalezas también son finitas porque no siempre es cierto que querer es poder, aunque este mensaje resulte muy atractivo en los libros de autoayuda, si lo analizas con sinceridad, tu propia naturaleza humana y tu propia vida, te darás cuenta de que existen muchas situaciones marcadas por ese concepto de límite, ya que es una lección de humildad en sí misma porque te posiciona ante el mapa de tu propia realidad. 

      Por otro lado, aunque seas autosuficiente, también necesitas de los demás y reconocerlo es de humildes. Ser humilde es aceptar que ha habido, hay y habrá personas mucho mejores que tú y que lo único que te queda es aportar tu granito de arena, tu mejor granito de arena posible para que ellos sean mejores.

Pido en oración que de sus gloriosos e inagotables recursos, Dios, te fortalezca con poder en tu ser interior por medio de su espíritu. (Efesios 3:16)

Dios te bendiga

Con cariño Cecy Reséndiz