Si honras a los demás, también lo harán contigo

Cuando alguien te pregunta por otra persona ¿Tú te enfocas en hablar de sus defectos, de sus cualidades o sus logros? ¿Crees que el honor se espera recibir o se da a otros?

Hoy vamos a hablar del honor, honrar a alguien es reconocer su valor como persona. Si tu sabes honrar a los demás, también los demás lo harán contigo.

¿Sabes cuál es el lugar en donde se escuchan más palabras de honra hacia alguien? En un funeral, se le dicen palabras de gran valor a alguien que ya no las escucha. No olvides que el mejor momento para mostrar tu honra a otro es ahorita, cuando te puede escuchar, cuando tus palabras o tus actos pueden tocar su corazón.

Calderon de la Barca, un sacerdote, escritor y hombre de mucha influencia en España en los años 1600 dijo: “Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios”. Cuando honras a una persona, lo honras como alma, como la imagen y semejanza de Dios y cuando lo haces eso trae recompensas a tu vida, es como un efecto dominó.

Te voy a compartir algunos ejemplos que hay en la biblia, que hablan sobre el honor.

En Efesios 6:2-3 Dios nos dice “Honra a tu padre y a tu madre”. Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa, si honras a tu padre y a tu madre te irá bien y tendrás una larga vida.

En 1Pedro 3:7 Dios nos dice Ustedes maridos, igualmente, vivan con sus esposas sabiamente, dando honor a la mujer como el vaso más frágil y como coherederas de la gracia de la vida, para que sus oraciones no tengan estorbo. ¿Te das cuenta? Si tu honras, Dios te recompensa.

Hay que honrar para arriba, a los líderes; hay que honrar de igual a igual, a los colegas y hay que honrar para abajo, a quienes están bajo nuestro cuidado, porque de cada uno se recibirá un galardón, una recompensa. Ese es el principio de la honra a Dios: recibir su gracia y su favor en proporción a la honra que le des a Él, honrando a los demás.

El fruto del honor son las relaciones sanas, por ejemplo: Si alguien en tu casa alcanzó un logro que le costó un esfuerzo extra como un ascenso en el trabajo, su graduación o pagar alguna deuda, tu manera de honrarlo puede ser reunir a la familia con una cena especial y que cada persona le diga palabras de reconocimiento por ese esfuerzo.

También, puedes hacer que alguien se sienta la persona más importante del mundo si le pones atención cuando te habla y muestras interés por lo que te está diciendo, no tanto por el tema del que te esté hablando, si no porque te está compartiendo algo que es importante para él o ella.

Seguir las instrucciones de tus superiores, es honrarlos, tu jefe, tu líder en la iglesia, aunque sea de tu edad o menor que tú, tus maestros, ya sea el del doctorado o el del taller de jardinería, es superior a ti en conocimiento. Honrar no es tan difícil, Dios nos creó para honrarlo, esta cualidad del carácter ya está en nosotros, solo tenemos que practicarla y al mostrar honor hacia las personas lo honramos a Él.

Si tu honras, muestras una mayor calidad como ser humano ¡Intentalo, vale la pena!

El 1 de Samuel 2:30 Dios nos dice: “Honraré a los que me honran y despreciaré a los que me menosprecien”. ¿Qué prefieres recibir de Dios, su honra o su desprecio? piénsalo.

Gracias por compartir este tiempo conmigo. Si quieres conocer más de las cualidades del carácter de Jesús que hay en ti sigueme en mis redes sociales, estoy como Cecy Resendiz en Facebook, Instagram, Youtube, TikTok y Spotify con un podcast nuevo cada semana.

Dios te bendiga, con cariño
Cecy Reséndiz

La compasión sanaEmpieza a caminar en una Fe viva